El pasado día 19 de octubre, 17 personas, iniciamos una ruta en Villarejo del Valle, en la provincia de Ávila. Comenzamos la aventura con gran ilusión y emoción. Y digo aventura porque cada ruta por la montaña es una aventura en sí misma.
Parecía una ruta bastante asequible, no muy larga (unas tres horas) y, aunque el tiempo no acompañaba mucho, no nos desanimamos.
Iniciamos la ruta con una subida pronunciada que nos dejó las piernas un poco tocadas, después la naturaleza nos dio un descanso. Pasamos por una zona en la que llaneamos un trecho, iniciamos una corta bajada e hicimos una parada a recuperar fuerzas. En esa zona de bajada pudimos contemplar, lo poco que nos dejó la abundante niebla, unos paisajes maravillosos con acantilados y abruptos picos. Con mucha precaución, ya que era una zona peligrosa, con pasos estrechos y un paso aéreo de cierta dificultad, superamos ese tramo e hicimos la ansiada parada.
Retomamos el camino ahora, con subidas y bajadas continuas, donde no dejamos de observar, en ningún momento, el maravilloso paisaje que nos ofrecía la montaña. En estas subidas y bajadas tuvimos que superar un nuevo y complicado obstáculo, atravesar una pequeña cueva donde era necesario subir trepando. Dificultad añadida para los torpes como yo. A pesar de la dificultad fue un momento espectacular.
A partir de ahí comenzó una bajada más pronunciada donde hubo que hacer uso de las piernas y los bastones, debido a lo pronunciado y lo resbaladizo del camino. Estaba “orbayando” por lo que las piedras estaban resbaladizas y bastante sueltas. Fue una bajada con cierta dificultad. El agua, no muy fuerte, pero si molesta empezó a caer con más intensidad así que hubo que darse prisa. Después de una bajada un poco agotadora, llegamos al final de la ruta.
Como todas las que hago, destacaría dos cosas que son las que me animan a sufrir en cada una de ellas. Los maravillosos paisajes que podemos contemplar en cada una de ellas y la gente. La gente montañera es leal y comprometida como pocos, nunca te dejan atrás, siempre te acompañan en los mejores y los peores momentos del camino y, por supuesto, las risas están aseguradas. ¡Nos vemos en la próxima!
Crónica de María García
Para ver más fotos de este día ve aquí: